Osasuna no vendió entradas en las taquillas de su estadio a los ultras sur y las localidades con las que accedieron al estadio corresponden a las compradas al club navarro por el Real Madrid, adquiridas así para su distribución.
Los hinchas violentos del conjunto blanco llegaron a Pamplona con las entradas ya adquiridas -150 de 90 euros de la tribuna alta del Reyno- y que correspondían a la zona de seguridad del estadio que, en el encuentro, fueron ocupadas por estos reconocibles aficionados. Además de estas entradas, el Real Madrid también solicitó a Osasuna otras que no correspondieron a esa zona.
Cuando aficionados problemáticos de otros equipos acuden al Reyno son acompañados hasta las taquillas del estadio por miembros de la Policía para que adquieran las localidades de la zona de seguridad -donde se les ubica-. En este caso, no hubo venta en el estadio porque los aficionados del Real Madrid llegaron con sus correspondientes localidades compradas.
Los ultras sur llegaron al estadio Reyno de Navarra con su habitual actitud provocadora y bajo un fuerte control policial que impidió que protagonizaran incidentes más allá de los dialécticos -amenazas de muerte y desplantes a los aficionados de Osasuna no faltaron.
AMENAZAS AL EQUIPO
Los autobuses de los seguidores coincidieron también en su llegada al estadio con el autobús de Osasuna y los futbolistas rojillos se vieron sorprendidos por los insultos que recibieron en su propia casa por estos hinchas.
Durante el partido, los ultras sur realizaron sus habituales cánticos y mantuvieron sus gestos de simbología fascista
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