Emotivo homenaje el que se vivió ayer a la tarde en el callejón de María Díaz de Haro, donde fue herido de muerte Iñigo Cabacas.
Cientos de personas participaron en un acto en el que la familia exigió «justicia y garantías de no repetición y eso -subrayaron- supone otro modelo de actuación policial». El padre agradeció el apoyo y parafraseando a Bielsa, dijo que ya sabe «con quien no tengo que contar», en referencia al director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo.
No cabía ni un alfiler ayer en el callejón de María Díaz de Haro, en el barrio bilbaino de Indautxu, donde la familia Cabacas Lizeranzu había convocado un acto de homenaje al cumplirse un año de que el joven aficionado rojiblanco resultase herido de muerte por una bala de goma disparada por la Ertzaintza que impactó en su cabeza. Tal fue la afluencia que agentes de la Policía Municipal tuvieron que cortar al tráfico la calle anexa.
Cientos de personas, entre ellas representantes políticos como el alcalde Iñaki Azkuna* y varios concejales del PNV, también de Bildu y parlamentarios de EH Bildu en la Cámara de Gasteiz como Laura Mintegi y Julen Arzuaga, estuvieron. Jugadores del Athletic Club y el mítico José Ángel Iribar también acudieron.
A los sones de "Zu lagun'', canción dedicada a Iñigo Cabacas por el grupo bilbaino Jare, varios jóvenes comenzaron a pintar varias siluetas de Pitu, como conocían sus amigos al basauritarra, acabando con un «justizia». Fue la que exigieron una prima y un tío del joven que no pudieron contener las lágrimas y fueron arropados por Manuel Cabacas y Josefina Lizeranzu.
La familia recordó la tragedia y cómo la actuación de la Policía autonómica les arrebató a Iñigo. No pasaron por alto la información publicada por GARA de que la orden de carga partió de la comisaría de Deustua «a pesar de que varios agentes personados en el lugar ya les habían transmitido que la situación era tranquila. ¿Por qué -dijo Iraia Amorrortu- esa orden de cargar si no había nada que justificase o motivase esa actuación policial».
La familia rechaza que lo sucedido hubiese sido un «accidente», como defiende el director de la Ertzaintza. «A eso no se le puede llamar accidente. Una carga brutal, injustificada y desproporcionada con varias personas heridas y con Iñigo muerto, no es un accidente. Dice que fue un accidente porque no querían causar ese daño. Solo faltaba que reconociesen que sí querían causarlo», incidiendo en que no era posible no causar daño disparando contra la gente.
Dejaron claro que no valen unas simples disculpas. «Iñigo murió y su muerte no puede quedar así. Exigimos justicia y garantías de no repetición y eso -remarcaron- supone otro modelo de actuación policial. Esa será la única garantía de que no vuelva a suceder lo que nos ha pasado a nosotras y nosotros».
Tras descubrir una placa en el lugar donde cayó herido de muerte el joven -donde flores y una fotografía lo han recordado todo el año- y el pertinente aurresku de honor por parte del Ballet Olaeta, Manuel Cabacas reconoció que le ha resultado «duro» escuchar las palabras de Gervasio Gabirondo. «Es impresionante cómo se cambia de forma de pensar en dos meses. Como dijo Bielsa -parafraseando al popular entrenador rojiblanco- ya sé con quien no tengo que contar, no me va a ayudar». No faltaron los gritos de «Iñigo Cabacas justizia».
Una placa con un bertso de Jon Maia, en el lugar donde cayó «Pitu»
El descubrimiento de una placa con un bertso de Jon Maia fue uno de los momentos más intensos, como lo fue el encuentro de los padres de Iñigo con una joven malagueña que atendió a su hijo cuando recibió el pelotazo y que ayer se desplazó al Botxo.
«Le doy las gracias por cogerle en brazos y no dejarle morir en el suelo como un perro. Mi hijo no se metió nunca en problemas y no era digno de esa muerte», señaló Manuel Cabacas, quien pidió que no vuelva a repetirse una «barbarie» como la que originó la muerte de Pitu. «No puede volver a pasar, con uno ya vale», enfatizó. A.G.
Fuente: Gara
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